El Bansky norteamericano está pintando los muros brasileños

Imágenes, sólo con una máscara que cubre toda su cara. Vídeos, sólo si su voz está distorsionada. Prohibida la grabación en audio durante entrevistas – dificultando el trabajo de los periodistas, que tienen que apuntar incansablemente todo lo que el artista dice. Sin revelar la edad, el nombre o cualquier detalle personal. Esas son las condiciones para entrevistar al grafitero norteamericano BiP.

BiP, que es la abreviatura de Believe in People (Cree en las personas), es un grafitero anónimo que creció con una familia de bajos ingresos en el Bronx. Según él, para las personas más pobres, el grafiti es una manera de dejar una marca en el mundo, de mostrar que existe a pesar de ser invisible para la mayor parte de la sociedad. Es una forma de controlar, en cierto modo, el ambiente en que vive en lugar de someterse a su difícil realidad. Esta es una de las principales funciones sociales del grafiti – dar a las personas con pocas condiciones la oportunidad de mostrar su arte. Su anonimato tiene motivos: el artista afirma que el arte debe ser superior al ego, y el hecho de ser anónimo garantiza que eso ocurra. También dice que le gusta escuchar críticas sinceras sobre su trabajo, lo que difícilmente ocurriría si supieran su identidad.

Su historia está marcada por dificultades y superación. Perdió a los padres cuando era muy pequeño, y fue criado por la abuela hasta sus 9 años, cuando ella también falleció. A partir de entonces, pasó a vivir con la familia de su amigo, que tenía la costumbre de grafiar las paredes del barrio, acción que BiP siempre observaba de lejos para no meterse en confusión.

El camino de BiP y su amigo se separó. El artista anónimo se dedicó a los estudios y logró una buena formación académica, convirtiéndose en un importante ejecutivo del mercado financiero en Manhattan, en Estados Unidos, mientras su amigo continuó llevando la vida del Bronx y acabó suicidándose después de enfrentar una grave depresión.

Esta tragedia en la vida de BiP motivó al artista a dimitirse y pasar a vivir en las calles. Fue cuando comenzó a grafiar, inicialmente un acto de rebeldía y también un homenaje al amigo. Luego sus obras pasaron a ser apreciadas y conocidas. Gracias a la ayuda de alguien que se interesó por sus creaciones, BiP pasó a realizar proyectos grandes y se hizo famoso, llegando a lo que es hoy.

Con más de cien murales pintados en diversos lugares del mundo, como Estados Unidos, Rusia y China, BiP representa en sus obras desde personajes históricos y de dibujos animados, hasta personas de las comunidades en las que pinta, como es el caso del mural que grafió en São Paulo en el mes de agosto. Fueron cuatro meses de trabajo ininterrumpido y arduo en un edificio que se encuentra en la región de la República, visible de la Avenida Rio Branco. Su trabajo fue publicado por medios como Veja São Paulo y Folha de S.Paulo y otros todavía expresan interés en llevar la historia del artista y su obra para los brasileños.

Grafiti – una historia que está siendo dibujada

El grafiti es un street art que tiene vestigios desde el imperio romano. Su surgimiento formal se identifica en las calles de París, en 1968, junto con la revolución contracultural. Se trata de un tipo de manifestación artística donde las personas hacen dibujos en los muros de las ciudades en lugar de escribir, muchas veces representando algún tipo de crítica o mensaje.

El movimiento artístico fue popularizado en los Estados Unidos en 1970, como parte del arte contemporáneo, y entonces se difundió por el mundo. Este arte es, originalmente, ligado a los movimientos de hip hop. En Brasil, el grafiti ganó espacio a finales de la década del 70, y fue adaptado con rasgos brasileños. Hoy, el grafiti brasileño es conocido como uno de los mejores en todo el mundo. Sin embargo, hay quien lo considera vandalismo por creer que contamina visualmente las vías públicas, pero, poco a poco, el grafiti viene ganando su lugar en el mundo del arte.

«Dentro de algunos años, el grafiti se convertirá en un arte tan apreciado como los cuadros, y São Paulo será el centro de todo eso. «Quiero dejar mi contribución en la ciudad para ayudarlo a alcanzar ese potencial», afirma el artista.

Escrito por: Sherlock Communications