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Los expertos en inversiones y ciberseguridad de la agencia de comunicaciones Sherlock Communications prevén un 2025 marcado por el rápido avance tecnológico y las dinámicas geopolíticas.
La Inteligencia Artificial seguirá siendo un tema central. Su crecimiento, para bien y para mal, es imparable. Por un lado, las innovaciones impulsadas por la IA prometen transformar la economía global, abriendo nuevas oportunidades de inversión. Por el otro, la IA representa una constante amenaza contra la seguridad de las organizaciones. El más evidente: su capacidad para potenciar ataques sofisticados. Pero también representa un posible aliado para los profesionales de la seguridad.
La geopolítica es otro factor que definirá los mercados y tecnologías. Los estados-nación intensificaron sus ciberataques este año, por lo que se proyecta que los gobiernos del mundo, incluido el de Chile, prorizarán inversiones en infraestructuras inteligentes y seguras. Paralelamente, los cambios en el liderazgo político global y las políticas comerciales redefinieron alianzas y aumentaron las tensiones, por lo que los inversionistas estarán obligados a navegar un panorama político cada vez más complejo.
Chile enfrenta sus propios desafíos, empezando por la elección presidencial. En noviembre de este año, la ciudadanía votará por su próximo presidente, renovará la Cámara de Diputados y eligirá a 23 Senadores de siete regiones, incluyendo territorios clave para las principales industrias del país. A esto se suman riesgos externos ligados a tensiones bélicas, incertidumbres fiscales globales y posibles disrupciones en el comercio internacional que pueden influir en su economía.
Sin embargo, la implementación de la Ley Marco de Ciberseguridad y la Ley de Protección de Datos es un avance muy importante y prometedor para la inversión. Las normativas prometen redefinir los protocolos de ciberseguridad no solamente en el país, sino, eventualmente, en la región; la legislación es pionera en Latinoamérica.
Los tres factores macroeconómicos que los inversores deben considerar en 2025 son: realineamiento geopolítico, cambios demográficos y el costo del capital. Hoy más que nunca, la geopolítica está dando forma a los mercados, lo que la convierte en una palanca de inversión importante. Los cambios en el liderazgo político global tienen un impacto significativo en el comercio, lo que hace imposible invertir con éxito sin comprender el entorno político.
Las relaciones entre las superpotencias se han reestructurado, formando nuevas alianzas y aumentando las tensiones. Según Tatler Asia, los expertos destacan que un enfoque más nacionalista en las políticas públicas podría amenazar la estabilidad económica global, incrementando la volatilidad en los mercados financieros.
Además, el envejecimiento de las poblaciones en países de ingresos altos y medios, junto con la desaceleración en las tasas de natalidad, continúa transformando los motores de crecimiento y los patrones de consumo. En los próximos 20 a 25 años, estos cambios modificarán las oportunidades de inversión de manera significativa, lo que requerirá que los inversores adopten estrategias a largo plazo y enfoques diversificados.
Por otro lado, el costo del capital ha aumentado en comparación con la última década, y los analistas esperan que esta tendencia se mantenga. Según Morningstar UK, este incremento se debe tanto al endurecimiento de las políticas monetarias como a los riesgos inflacionarios globales. Sin embargo, hay optimismo respecto a una posible reducción de las tasas de interés en Estados Unidos para 2025, siempre y cuando no se implementen políticas extremas. Este descenso potencial en las tasas podría aliviar los costos de financiamiento y estimular la inversión, especialmente en sectores sensibles a las tasas de interés.
El predominio de las acciones tecnológicas Magnificent Seven (Apple, Microsoft, Google, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla) podría dar paso a una nueva dinámica de mercado en 2025. Según Financial News London, las valoraciones divergentes, la incertidumbre geopolítica y los esfuerzos de los bancos centrales por equilibrar inflación y crecimiento generan nuevas oportunidades, particularmente en sectores impulsados por la inteligencia artificial (IA). De hecho, la integración de IA en diversos ámbitos económicos comienzan a generar oportunidades de inversión que van más allá del enfoque exclusivo en Mag 7.
La elección presidencial estadounidense añade incertidumbre a los mercados globales, especialmente en lo relacionado con posibles aranceles punitivos y el fortalecimiento del dólar, factores que podrían influir significativamente en las dinámicas del comercio internacional y los flujos de inversión.
En cuanto a Chile, según el último informe de la Cepal, se espera que el país crezca un 2,2% en 2025, una cifra que coincide con las proyecciones del Banco Central en su Informe de Política Monetaria de diciembre de 2024. Este informe también estima que la inflación comenzará a bajar a partir del segundo semestre de este año, con la meta de alcanzar el 3% a inicios de 2026.
No obstante, los principales riesgos para la economía chilena provienen del exterior. Según expertos consultados por Tatler Asia y Financial News London, las tensiones bélicas, las preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal global y una posible reconfiguración del comercio internacional son factores que podrían generar incertidumbre. Estos riesgos refuerzan la necesidad de estrategias de inversión que combinen diversificación y un enfoque en activos resistentes a la volatilidad.
Ante los ataques de estados-nación dirigidos a infraestructuras críticas, los gobiernos de todo el mundo están invirtiendo en la modernización de sus sistemas y asegurando tecnologías heredadas. También atienden la amenaza a la antigua: con legislación.
Dada la creciente sofisticación de los delitos cibernéticos y los ciberataques, que han afectado a cadenas de suministro, infraestructuras públicas y universidades, Chile implementó desde el 1 de enero de 2025 su Ley de Ciberseguridad, la primera del tipo en Latinoamérica. Esta establece la creación de la Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI), responsable de regular, fiscalizar y sancionar a todos los organismos públicos y privados que presten servicios esenciales, como los relacionados con la salud, la seguridad, el suministro de energía, agua, combustibles, transporte y servicios financieros.
Así mismo, la Ley de Protección de Datos fue aprobada por la Cámara de Diputados después de siete años de tramitación. Esta establece un marco regulatorio que busca garantizar la protección de los datos personales de los ciudadanos, imponiendo condiciones más estrictas sobre cómo las empresas, instituciones y personas pueden recolectar, almacenar y utilizar información sensible, como nombres, RUTs, correos electrónicos, números telefónicos, domicilios y más. La ley refuerza el control de los individuos sobre sus propios datos y exige transparencia en el tratamiento de los mismos.
La legislación chilena refleja la necesidad de regulación ante las cambiantes amenazas a la seguridad y el imparable avance de la Inteligencia Artificial. A medida que se acelera la integración de la IA, surgen nuevas vulnerabilidades como ataques dirigidos a LLM, datos de entrenamiento y sistemas de inferencia. También está el uso de la IA generativa (GenAI) que permite a los atacantes crear correos electrónicos de phishing altamente convincentes, haciendo que las defensas humanas sean menos fiables.
Las empresas deberán implementar nuevas medidas de seguridad apegadas a las normativas de la Ley, que aseguren la protección frente a ciberataques y el uso indebido de la información. Por ende, se espera una mayor colaboración entre el sector privado, el gobierno y la sociedad en Chile, posicionándose como un referente regional en la seguridad digital.
Algunas de las medidas de seguridad mencionadas coinciden con la opinión de expertos en ciberseguridad fuera de Chile. De acuerdo con el consultor John Bruggeman para Forbes, las tres principales amenazas actualmente son: la computación cuántica, la filtración de datos y la Inteligencia Artificial.
Si bien la mención de la computación cuántica no es nueva y actualmente no es aún una amenaza dominante, las organizaciones deben comenzar a prepararse para su llegada con algoritmos de cifrado resistentes a estos computadores. Los expertos en ciberseguridad de Palo Alto Networks explican esta urgencia: “Debemos actuar ahora, aunque las computadoras cuánticas aún no están aquí,agentes maliciosos están extrayendo nuestra información, aunque esté cifrada. Lo están almacenando en sus servidores para descifrarlo dentro de unos años, cuando tengan computadoras cuánticas lo suficientemente potentes. Esa es la razon por la que los gobiernos del mundo están colaborando hoy para desarrollar estos estándares”
Los riesgos de seguridad en la cadena de suministro y la colaboración con terceros seguirán en aumento. Las principales violaciones de datos que se produjeron en 2024 (que expusieron millones de registros de clientes) dejaron al descubierto que la cadena de suministro suele ser el eslabón más débil. Más de una empresa enfrenta demandas y acciones regulatorias en consecuencia.
Si bien la escasez global de profesionales capacitados en ciberseguridad es un desafío, los copilotos impulsados por IA transformarán el campo en los años venideros. Los asistentes inteligentes automatizan tareas repetitivas, analizan grandes conjuntos de datos y ofrecen ideas procesables, permitiendo a los equipos de seguridad trabajar de manera más eficiente. Se espera que la adopción generalizada de herramientas de IA revolucione las operaciones diarias en 2025.