¿Cuál es la propuesta del financiamiento climático TFFF?

Las selvas son aliadas esenciales para enfrentar la crisis ambiental y climática. Además de ser sumideros de carbono, manteniendo el clima estable, también son fundamentales para el ciclo hidrológico a escala global. Aún así, la deforestación es una amenaza creciente para estos ecosistemas, fomentando debates y prácticas en torno al financiamiento climático.

Datos sobre la deforestación en Brasil

Según datos de Global Forest Watch, solo en 2024, 6,7 millones de hectáreas de bosques primarios o de vegetación original en Brasil, como la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal, fueron destruidos. Esta cifra es el doble en comparación con el año anterior, lo que equivale a un área mayor que la del Distrito Federal.

Cabe destacar que la deforestación es una espada de doble filo: al mismo tiempo que destruye las áreas verdes que absorben CO2, también emite grandes cantidades de este gas a la atmósfera, especialmente a través de los incendios.
Datos del IPAM (Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia), por ejemplo, calculan que los incendios ocurridos en la selva amazónica entre junio y agosto de 2024 emitieron 31,5 millones de toneladas de este gas, mientras que Noruega emite 32,5 millones de toneladas de CO2 durante todo un año.

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Cerrado, bioma brasileño.

El financiamiento climático como esperanza ante la crisis ambiental

Dado el escenario preocupante, Brasil, que es uno de los países más relevantes en este tema, tanto por su vasta cobertura forestal como por enfrentar diversos desafíos para reducir su deforestación, presentó un fondo climático enfocado en la conservación de bosques, llamado TFFF (Tropical Forests Forever Fund), algo como “fondo para bosques tropicales para siempre”, en traducción libre.

Sin embargo, Kenneth Lay, tesorero del Banco Mundial, ya había propuesto una idea similar en los años 2000, el entonces llamado Tropical Forest Finance Facility.

Tropical Forest Finance Facility

Este fondo sería un mecanismo de pago para países que demostraran resultados eficaces en la protección de bosques y en el cumplimiento de las metas de sostenibilidad para esos biomas. El financiamiento provendría de países desarrollados, que podrían utilizar sus propios recursos a bajos intereses o recurrir a préstamos en los mercados internacionales para crear y garantizar el crecimiento del fondo.

En un principio, el objetivo era asegurar un retorno dentro de 20 años. Las ganancias anuales generadas serían dirigidas a los países que estuvieran preservando sus bosques, asegurando un flujo continuo de recursos para aquellos con grandes áreas forestales que invirtieran en proyectos de conservación. Al final de las dos décadas, la inversión se devolvería a los países desarrollados. De esta manera, los riesgos se compartirían entre las naciones, proporcionando mayor seguridad crediticia.

La idea, que no llegó a concretarse, sirvió de inspiración para Brasil. Marina Silva, ministra del medio ambiente, y Fernando Haddad, ministro de Hacienda, presentaron la propuesta en la COP28 celebrada en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, en 2023.

¿Cómo funcionará el TFFF?

El plan inicial es movilizar 125 mil millones de dólares para el uso de recursos destinados a quienes preserven los bosques. Sin embargo, existen condiciones para que un país sea elegible:

  • Poseer áreas significativas de bosques tropicales húmedos en su territorio.
  • Mantener una tasa de deforestación por debajo del 0,5%.
  • No tener un ingreso elevado.

Actualmente, 70 países son elegibles para recibir los recursos, la mayoría de ellos en el sur global, incluidos Brasil, Colombia, República Democrática del Congo, Indonesia y Malasia.

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La confirmación de la preservación de los bosques por parte de los países se realizará mediante monitoreo satelital. Por cada hectárea de bosque intacto, el país recibirá 4 dólares, mientras que por cada hectárea deforestada, se aplicará una deducción de 400 dólares.
Además, es fundamental que el 20% de los recursos transferidos sean destinados al financiamiento de proyectos de desarrollo de las comunidades locales, promoviendo avances sociales y ambientales en la región.

El financiamiento climático: respaldo internacional para la conservación ambiental

El objetivo es garantizar la preservación del bosque con la participación activa de la sociedad, especialmente de los grupos históricamente marginados, que a menudo son excluidos de estos debates, pero que son directamente afectados por ellos.

Al igual que en el concepto original presentado por Kenneth Lay, las inversiones provendrían de los gobiernos de los países y de instituciones del sector privado, lo que ayudaría a reducir los riesgos y garantizar una mayor previsibilidad, dado que los involucrados poseen economías robustas. El fondo, a su vez, sería administrado por el Banco Mundial.
Varios países alrededor del mundo ya se han posicionado favorablemente hacia el proyecto, incluidos gobiernos como el del Reino Unido, Alemania y Noruega, que ya llevan décadas aplicando políticas de inversión en conservación ambiental y transición energética. Entre las iniciativas se encuentran el Nature Recovery Green Finance Standard (RU), el Fondo Climático y de Transformación (ALE) y el Fondo Climático de Inversión (NO).

Otro punto importante es la presencia de inversores dispuestos a asumir el riesgo inicial y generar una inversión primaria para que el proyecto despegue. Según un artículo de Capital Reset, economías fuertes como China, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita estarían dispuestas a asumir este papel de “patrocinadores”.
Estados Unidos, la mayor economía del planeta, en la visita de Joe Biden a Brasil en 2024, también respaldó la idea, además de anunciar una inversión de más de 50 millones de dólares en proyectos de sostenibilidad en la Amazonía. Sin embargo, con el cambio de gobierno en enero de 2025, se espera que la postura de los EE. UU. sobre el fondo cambie de dirección, ya que el actual presidente, Donald Trump, ha sido reconocido por su renuencia a apoyar proyectos de financiamiento climático.

COP 30 como portavoz

Todo indica que el gobierno brasileño anunciará el fondo, junto con los primeros participantes – inversores y beneficiarios – durante la COP 30, que se llevará a cabo en Belém, en noviembre de 2025.

El simbolismo de que este anuncio se haga durante el evento es significativo, ya que Belém está situada en la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo, que enfrenta amenazas constantes a su preservación, en un país que está asumiendo el liderazgo de esta importante iniciativa.

l escenario donde se llevará a cabo también es digno de mención. Con representantes de alto nivel de gobiernos de todo el mundo, además de una amplia participación de la sociedad civil organizada y grandes actores económicos globales, presentar el éxito de este proyecto en la COP podría servir de inspiración e incentivo para la creación y prosperidad de mecanismos de financiamiento climático.

Escrito por: Henrique Castro