5 enseñanzas que los comunicadores pueden tomar para 2021

Si hay un año que no va a pasar desapercibido, ese es 2020. La pandemia de COVID-19 ha marcado a fuego la vida de prácticamente todos. Quienes se enfermaron, las muertes producidas y las economías afectadas son parte de la marca a fuego que la pandemia generó en este año que difícilmente sea recordado en función de otras cosas (aunque las hubo, claro). Y el trabajo de los comunicadores también se vio marcado.

No fueron pocas las costumbres que debimos adquirir ante la propagación del virus: el uso de barbijos y tapabocas, el trabajo en casa, lavarnos las manos con inusual frecuencia y mayor dedicación, establecer distancia prudencial con quienes nos aproximamos y la lista podría seguir.

La comunicación no fue ajena a 2020; no fue ajena a la pandemia. Debió trabajar y lidiar con ella, modificada por todas las vicisitudes que sobrevinieron. También, este año dejó algunos buenos aprendizajes para los comunicadores. Veamos 5 de esas enseñanzas.

La triple H, una buena premisa para los comunicadores

Help, Hope, Happiness (ayuda, esperanza y alegría). Estas tres palabras, simples a priori, marcan un norte para la comunicación y el marketing en un año tan sacudido, cuyo shock no se sabe aún cuándo llegará a su fin.

Estas tres palabras, en realidad, deben ser los propósitos de la comunicación. Más allá de lo que las marcas busquen decir, es importante que sus comunicadores las involucren como intención en sus campañas.

Dejar a los consumidores en primer plano

Aún con el citado viento en contra que nos sacudió desde principios de 2020, es importante entender que hay que continuar, siempre, con la construcción de marca con la que los comunicadores trabajan. De todos modos, es necesario hacerlo, siempre, con los intereses de los consumidores por delante. Sin ellos, le hemos visto bien, la comunicación nunca llega a establecerse como tal y las marcas pueden terminar por padecerlo.

De momentos tan duros es bueno tomar que la gente, como cualquier damnificado directo o indirecto, pretende que lo que se comunica empatice con ella. Los comunicadores, entonces, debemos ser capaces de comprender esto para poder interpretarla con los mensajes generados.

Direccionar parte del presupuesto del marketing de experiencias a los canales digitales

Así como el comercio digital experimentó en la algidez de la pandemia una suerte de auge, resulta interesante que los comunicadores podamos “convencer a las empresas” del poder de los canales digitales.

Tanto la fidelización de usuarios como la captación de nuevos clientes puede apuntalarse del mejor modo en campañas digitales. Este año de aislamiento, con la mayoría de la gente en sus casas, nos deja bastante claro este mensaje. Su atención se ve centrada en los entornos virtuales y es ahí donde los comunicadores pueden apuntar a generar valor para las marcas para las que trabajan. Aquí, operan fuertemente el branding y la captación de leads.

Volver la comunicación tranquilizadora

Por obvio que parezca, el shock de 2020 todavía perdura y perdurará por un buen tiempo. En este sentido, los comunicadores deben contemplar lo crítico del año y entender que lo que se comunica, si aporta a la tranquilidad, mucho mejor.

Solidaridad, unión, los mensajes en torno a estos conceptos son esperados y bien recibidos en un momento tan duro como el ocasionado por la pandemia de COVID-19. El potencial comunicador de una marca y la historia que sus comunicadores desean contar, entonces, es importante que sean esperanzadoras.

El aislamiento, por caso, hace interesante transmitir ideas de entretenimiento, aportar a los estados de ánimo de los posibles consumidores para conectar a las marcas con ellos.

Los comunicadores y el humor: ser cuidadosos no (necesariamente) evitarlo

Más allá de comprender que, aún en tiempos críticos, toda campaña de comunicación tiene un target y no apunta a todos, los comunicadores no deben perder el centro y echar por la borda todas las premisas adquiridas antes de 2020.

El humor para comunicar, en ocasiones, es un tema sensible. ¿Se puede hacer humor sobre todo? ¿Hay límites? No es la intención de este artículo dar respuestas, si no pensar interrogantes. Sonreír o reír en un año que dio pocos motivos para hacerlo, puede ser una válvula de escape.

Si los comunicadores quisieran centrar sus campañas, más allá de pensar en el segmento de público a alcanzar, como siempre, hay que ser cuidadosos de no herir susceptibilidades.

Es normal que cerca de fin de año se realice un balance. Y 2020 será un año para recordar por su intensidad y demanda. Los comunicadores no son ajenos y las enseñanzas que deja el año son interesantes para enfocar los trabajos que vienen.

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Escrito por: Martin Kolodny